Todo lo que tiene que saber sobre la piel sensible
Mientras que la piel sensible puede aparecer en cualquier lugar del cuerpo, lo más probable es que aparezca en el rostro. Piel tirante, enrojecida, con picores, ardor e incluso descamaciones, indican que tenemos una piel sensible. Puede estar relacionado con alergias, alimentación, estrés, intolerancia o con el uso de los cosméticos inadecuados… Este término comenzó a utilizarse hace décadas en la literatura científica y con el paso de los años ha adquirido mayor protagonismo en el cuidado de la piel, y corresponde a un síndrome que se manifiesta por diferentes síntomas como escozor, tirantez, molestias e incluso se puede asociar a signos locales de irritación. Aunque la piel sensible puede aparecer en cualquier edad, es particularmente corriente en la lactancia y a medida que la piel envejece. Existen distintos grados de sensibilidad, al igual que puede presentarse de manera puntual o como una afección crónica y puede afectar a cualquier tipología de piel. Calmar, reforzar y proteger, son los pilares del tratamiento para esta delicada piel. Ponemos a su disposición la gama más completa de los mejores productos para el cuidado de la piel sensible.
A qué se debe la piel sensible
Todos los tipos de piel pueden reaccionar mal a diferentes principios activos o factores ambientales, ya sea la piel grasa, mixta o seca, la piel sensible se ruboriza con extrema facilidad y suele enrojecerse tras usar determinados productos para el cuidado de la piel. En el caso de la piel sensible, hay una disminución del espesor de la capa córnea y una alteración de la función de barrera que hace que la piel responda de forma anormal o exagerada a los estímulos medioambientales o ciertos productos cosméticos. De esta manera, las personas con este tipo de piel experimentan episodios de enrojecimiento, descamación y picor con mayor frecuencia. Además, presentan intolerancia a numerosos productos cosméticos e incluso cuando la persona realiza su propia higiene con agua (dependiendo del grado de la sensibilidad). Las personas que tienen la piel sensible sufren ante estímulos externos como jabones agresivos, el cloro de la piscina, ciertos tejidos, pero también por casusas internas como el estrés. Esta hipersensibilidad de la piel tiene como consecuencia una disminución de su umbral de tolerancia. Además, el el caso de una piel sensible, las reacciones suelen presentarse de manera transitoria, en determinados momentos. En general, podríamos decir que las zonas del cuerpo dónde se manifiesta la atopía de forma más habitual es en el rostro, sobre todo en las mejillas, los párpados o los labios, pero también en el cuello, en las manos y en los pliegues de la piel.
Piel sensible en invierno
Muchas personas tienen que enfrentarse a este problema cuando las temperaturas bajan. El frío excesivo reduce las secreciones que mantienen la película hidrolipídica, mientras el calor de la calefacción estimula la sudoración, que después se evapora provocando la desecación de la piel y una mayor propensión a la irritación. Incluso la calefacción central puede llegar a deshidratar la piel y disparar la sensibilidad. La contaminación también genera radicales libres que debilitan las defensas naturales de la piel. Algunas pieles, además, tienen mayor predisposición a la sensibilidad que otras. Cabe destacar que, mientras más sensible sea la piel, más bajo es su umbral de tolerancia. En el caso de una piel sensible, las reacciones se presentan de manera transitoria, en determinados momentos.
El mejor tratamiento para la piel sensible
Todos hemos sentido alguna vez sensibilidad en la piel, la piel sensible no es ni mucho menos una excepción. Eso sí, no se debería confundir una piel sensible con una piel intolerante. Si la piel sensible reacciona de forma exagerada a estímulos externos o internos, la piel intolerante es aquella que no soporta nada y sufre a diario. Hoy en día, ante las numerosas fuentes de estrés, el número de personas afectadas es exponencial. Para aliviar las pieles sensibles, no basta con calmarlas e hidratarlas: es necesario romper el círculo de la inflamación y recuperar el control a todos los niveles. Por eso, siempre es necesario recurrir a productos adecuados y específicos para este tipo de piel.
Cómo encontrar los mejores tratamientos y productos para la piel sensible
Para que la piel sensible luzca bonita, es necesario cuidarla con productos de cuidado específicos. En Claudia di Paolo tenemos todo lo que necesita para este tipo de piel. En este caso, recomendaríamos, por ejemplo, la emulsión Sakura de EviDenS de Beauté que elimina el exceso de sebo y lucha contra el acné y la rosácea. También recomendaríamos la mascarilla-crema Hyalogy Emolient de Forlle’d que aumenta la elasticidad de la piel, resuelve el problema de la sequedad, la descamación y la queratinización excesiva, fortalece los vasos sanguíneos, calma y neutraliza el enrojecimiento y la inflamación, protege la piel y evita su envejecimiento.